viernes, noviembre 20, 2015

La pesadilla



Como nunca antes en la historia de la democracia argentina, la paridad entre Daniel Scioli y Mauricio Macri en la elección del 25 de octubre dejó a la vista una antinomia tajante entre dos proyectos de país, algo que en la deslucida campaña electoral previa había quedado prácticamente oculto. Pero con el correr de los días se empezó a ver con claridad qué es lo que está realmente en juego este domingo 22 de noviembre. Esencialmente, por un lado un proyecto político, económico y social que fue impuesto por las armas en 1976 y que se volvió a imponer gracias al terror económico en 1989, ahora apunta a triunfar por el voto popular. Una oportunidad que difícilmente se vuelva a repetir y que no dudo que abriría las puertas de un ajuste ortodoxo y una restauración neoliberal y conservadora cuyos límites no llego a imaginar. Del otro lado, una "continuidad" que de imponerse deberá enfrentar serios problemas, pero que seguramente no lo hará de la forma brutal que insinúa el otro candidato y manifiestan con desenfado sus asesores.

No voy a dedicarme ahora a analizar la campaña o la elección sino a mirar ciertos hechos de los años recientes con algo de perspectiva. Al estudiar esta época, quizás los historiadores del futuro reparen en que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (sobre todo su segundo período, sin olvidar la época de la 125) fue sometido a una serie de campañas de desprestigio y agresiones como ningún otro gobierno democrático en nuestra historia. El formidable aparato comunicacional del Grupo Clarín, sumado a sus aliados de La Nación y otros socios menores, junto a una intensa acción de operadores en las redes sociales, siguió a rajatabla un plan consistente en:

- Instalar en la opinión pública la idea de la enormidad de la "corrupción K" e insistir hasta la saturación en casos reales o presuntos de esa corrupción (ejemplo: Boudou-Ciccone).
- Difamar por todos los medios posibles a la Presidenta, su familia, sus funcionarios y a todo aquel que pudiera ser etiquetado como "K".
- Convencer a la mayor cantidad posible de personas de que el Gobierno miente con la inflación, con las cifras de pobreza, con los supuestos avances en materia social, etc., etc.
- Lo mismo con respecto a la búsqueda de la Presidenta de su re-reelección, a que el Gobierno quiere controlar la Justicia, a que usa al Congreso como una "escribanía", y así ad infinitum para terminar con la frase lapidaria "Esto es una dictadura". Sumando a esto la "falta de libertad" que implica el "cepo al dólar".
- Imponer el desprecio a todos aquellos simpatizantes o concurrentes a los actos gubernamentales, que fueron tildados de "negros que los llevan por el chori y la coca" y más recientemente "choriplaneros" (palabra que quizás haya inventado yo, quién te dice).
- Atemorizar a toda persona que sea posible con las implicancias ocultas del "siniestro" "Vamos por todo". Quizás (y ruego que así no ocurra) después del 10 de diciembre muchísima gente crédula descubra dolorosamente y en carne propia quiénes eran en realidad los que "venían por todo".

Podría seguir así hasta el cansancio, y no me voy a olvidar de la caterva de "comunicadores" y "periodistas independientes", a cual más mediocre y miserable, que llevaron la voz cantante en todo este tiempo. Claro que obviamente este tipo de campañas, para tener éxito debieron montarse en errores y falencias de gestión y/o comunicacionales por parte del Gobierno que fueron exagerados hasta el hartazgo (sin olvidar tragedias sin exageración como la del tren en la estación Once). Como es lógico, lo mismo se hizo con declaraciones y acciones torpes o poco felices por parte de funcionarios o personajes notorios simpatizantes del Gobierno. Lo que creo innegable es que ningún otro momento de nuestra democracia se apeló con tanta intensidad e insistencia al odio, al prejuicio y a la ignorancia de amplios sectores de las clases medias, incluso de clase media-baja.

La primera etapa de este accionar tuvo su coronación en los "cacerolazos" de 2012 y 2013. Y no por casualidad, uno de los organizadores de estos eventos dijo tras uno de los últimos: "Esta es una etapa terminada. Ahora hay que trabajar por el liderazgo de Mauricio Macri". Pero faltaba la otra "pata de la sota": una fracción muy amplia de sectores bajos o medios bajos poco o nada politizados, indiferentes al discurso del odio pero que también se sentían ajenos o no interpelados por el discurso o los modos del oficialismo, aunque hubieran sido beneficiados por sus medidas. Y acá entró a jugar el estratega de Macri, el inefable Jaime Durán Barba, que ya en 2006 había adelantado: "El votante que nos interesa es el menos informado". Y que en base a sonrisas, bailecitos y globos de colores no para de cosechar éxitos desde entonces. Ahora llegó el momento del "cambio" que promete "la revolución de la alegría".

La etapa siguiente a los cacerolazos se vio marcada por la conmoción causada por la denuncia del fiscal Alberto Nisman, seguida de su muerte aún no esclarecida (entre paréntesis, después de 10 meses no creo tener que cambiarle una coma a lo que escribí en su momento). Pese a la sospechosa vinculación de las diputadas Laura Alonso y Patricia Bullrich con Nisman y su inconsistente denuncia, quien sacó mayor rédito político del episodio fue justamente su jefe político, Mauricio Macri. Cuyo procesamiento en una causa por escuchas ilegales había sido pedido casualmente... por Alberto Nisman.

A todo esto ya había entrado en acción el primer director de Página/12, quien se convirtió en ariete principal del Grupo Clarín. Una de sus frases efectistas, quizás la más resonante, fue la que se refirió a la "grieta" en la sociedad argentina, provocada sin duda alguna por "el odio generado por los K" que "vino a dividir a los argentinos". Finalmente y no por casualidad, llega a este domingo con altas chances de ser electo Presidente un candidato blindado y protegido por el Grupo Clarín, cuyo discurso dice que "viene a unir a los argentinos". Obviamente, se trata de Mauricio Macri.

Otro aspecto crucial en la batalla mediática de estos últimos años es el ninguneo y desprecio absoluto por la conciencia y la lucha por el interés nacional. Podría empezar por los "intelectuales" que en su momento se "solidarizaron" con los "kelpers" de Malvinas ante la intensa acción diplomática del Gobierno argentino sobre el tema. Y podría seguir con la benevolencia y consideración con que los medios hegemónicos tratan a los "fondos buitre" y su aliado, el juez Thomas Griesa. Obviamente, para ellos la lucha del actual Gobierno en contra de un fallo injusto y de los intereses de los usureros internacionales es parte del tan meneado "relato K". Sumemos a ello el exabrupto del ya mencionado JL "La Argentina es una mierda" (que debería hacer volver del más allá a Don Arturo Jauretche, facón en mano) y cartón lleno. Parece que los conceptos de "cipayos", "representantes de intereses antinacionales" o "traidores a la Patria" que a mí me surgen cuando escucho o leo a este tipo o a ciertos personajes cercanos a Mauricio Macri, son cosa del pasado.

Y para no extenderme más, quería llamar la atención sobre el nulo interés que se le presta al contexto internacional en que se da la elección argentina. Recomiendo la lectura de esta nota del analista (opositor) Héctor Giuliano en el sitio de la CTA (opositora) que responde a Pablo Micheli, que aunque es de febrero pasado sigue describiendo bien el cuadro que aún enfrenta la Argentina ante la agresión de los fondos buitre y su presunta vinculación con la denuncia de Nisman.

Claro que sería muy ingenuo deducir que "Macri es el candidato de los buitres". O por lo menos, que es solamente eso. No me parece muy aventurado pensar que el Gran País del Norte está bastante interesado en un cambio favorable a sus intereses en la conducción de la política argentina, más aún teniendo en cuenta su preocupación por la creciente influencia de China y Rusia en el continente. Las intentonas de desestabilización del gobierno de Dilma Rousseff en Brasil o las esperanzas de la oposición venezolana de derrotar al chavismo en las elecciones del 6 de diciembre forman parte del mismo cuadro. En este sentido me permito recomendar esta entrevista al brasileño Luiz Moniz Bandeira.

Para concluir: de triunfar este domingo el candidato que promete "pobre...progreso" para todos los argentinos, se dará un caso único digno de estudio a nivel internacional sobre el poder manipulador de los medios de comunicación y la capacidad de las técnicas de marketing político para lograr que la mayoría del electorado vote a un candidato enemigo de sus intereses.

Me detengo acá por ahora. Seguramente después del 22, sea cual fuere el resultado, habrá debates a rolete y para todos los gustos, en estos y otros temas.


Nota al pie: Se dice que a la candidata de Cambiemos en provincia de Buenos Aires le dio muy buen resultado la consigna "¿Con quién dejaría Ud. a sus hijos, con María Eugenia Vidal o con Aníbal Fernández?" En una línea similar, sugiero que en las horas que faltan para el domingo (sin romper la veda electoral pero con la foto de arriba a la vista) los compañeros se dirijan a sus conciudadanos indecisos (o no) con la pregunta "¿A cargo de quién dejaría Ud. la conducción de su país: Daniel Scioli.... o Mauricio Macri?"


(El autor de la foto es Pablo Cuarterolo)

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Confío en que lo tan temido (al menos por mi) no se dé. Pero, a la hora de buscar quienes ayudaron a los "odiadores de oídas", no olvido a muchos representantes de la "izquierda" (CTA opositora, con Lozano y De Gennaro a la cabeza),el patético Pino; el P.O y la C.C.C que acompañaron a los agrogarcas durante el conflicto de la 125. Tampoco olvido a una gran parte del Poder Judicial, cada día más elitista,indolente y/o corrupto que suscribió con sus dictámenes y sentencias cada desvergüenza de la oposición.Lo único que tengo claro a esta hora es que si gana mi candidato, estaré atenta y lista para salir a la calle en cuanto se desvíe, pero si quien gana es la otra opción, respetuosa de la elección de las mayorías, me quedaré tranqui a ver como mis vecinos de la CABA pisotean las florcitas y pinchan los globitos cuando comiencen a llegarles los "hechos" de su gobierno electo.Yo ya no creo en la "inocencia" de los votantes. Sólo una pequeña minoría de los más desfavorecidos gozan de esa presunción a su favor.

Mariano T. dijo...

Yo, por el contrario, pienso que la mayoría de esta marea humana(un poco mas o un poco menos del 50%) que se les viene en contra es producto de los actos y los dichos del gobierno, incluyendo el odio y el vamos por todo y muchas cosas mas.
Por supuesto si el fpv hubiera dominado el 100% de los medios visuales, orales y escritos, este fenómeno seria mas chico.
Pero pensa que ha logrado que un candidato muy mediocre(al menos como candidato) como. Macri este por ser presidente.Y que el fpv no pudo encontrar un candidato mejor que Scioli que moviera la aguja.

Rafa dijo...

Anónima de 9.37 p.m.:
Gracias por tu comentario, que comparto totalmente.
Un cordial saludo.

Mariano T.:
Es evidente que pensamos distinto. No sé si se vendrá una marea humana en contra, pero en ese caso será por lo menos con un pronunciamiento democrático y no con la carga de odio e intolerancia que muestran ciertos episodios de estos días.

Podría poner como contraejemplo de lo que decís lo que pasó en los meses del 2001 previos a la debacle: en medio de las rebajas de sueldos y jubilaciones y con el "riesgo país" por las nubes, los mismos medios que hoy protegen a Macri y los mismos economistas que hoy lo rodean proclamaban confianza en que se estaba saliendo de la crisis. La población recién reaccionó cuando se vio con el agua al cuello con el "corralito". Para entonces, unos pocos privilegiados ya se habían llevado del país todos los dólares que pudieron.

Siempre recuerdo lo que dijo un productor agropecuario hace un tiempo: "Hay muchos métodos de acción psicológica y directa para hacer desaparecer a toda esta gente". Que los medios opuestos al gobierno usaron a full los métodos de acción psicológica, no tengo ninguna duda. Por suerte a la acción directa no llegaron.

Coincido con vos en lo muy mediocre de Macri, y para mi ese no es el menor de los peligros que representa. Con respecto al candidato del FPV, seguramente después del domingo empezarán los debates sobre cómo y por qué se llegó a esta situación. La intensidad del debate dependerá del resultado.

Un saludo cordial.

oti dijo...

A mi me parece que, en caso de ganar los intereses que Macri representa, se abre un período muy interesante que consiste en tratar de implementar políticas "neoliberales" en un contexto global donde fracasan en todos lados.

Esta es la diferencia con las épocas de Martínez de Hoz y Cavallo, cuando el contexto global estaba hecho a la medida de esas políticas: Chicago Boys, Consenso de Washington, etc. Ahora, tales consensos no existen, lo que existe es una bancarrota financiera e ideológica y un intento geopolítico muy agresivo en contra de las “potencias” de Oriente.

En este sentido, creo que el mayor peligro que representaría una gestión nacional de Macri es una orientación al estilo de los conservadores de los años '30, es decir, el uso del Estado y de sus herramientas -existentes o a crearse- al servicio de los intereses globales dominantes en un proceso de crisis global.

Por eso a mí me parece que hay que hacer una distinción que considero clave: no es lo mismo políticas que corresponden a etapas de adaptación e inserción al auge global (M. de Hoz, Cavallo, por ej.), que políticas de adaptación e inserción a la crisis global (década del '30 o los últimos 7 u 8 años aproximadamente).

Y, para mí, esa distinción es clave porque supone distintos usos y abusos del Estado según qué tipo de etapa o inserción es y según qué tipo de intereses prevalecen sobre el Estado en cada una de esas etapas.

Tiendo a pensar que, en las etapas de auge global, los sistemas especulativos pueden crear “efectos riqueza” (ilusorios) en la economía real, pero, en los procesos de crisis, tal cosa es imposible y los efectos que sí se crean en la economía real se dan en forma casi forzada, de supervivencia, en tanto efectos de esa crisis, por ej., sustitución “forzada” de importaciones durante la década del ’30; o subsidios, tipos de cambio múltiples, etc., en aquella época y la actual.

Creo que, por la naturaleza y exigencia propia de la campaña electoral del balotaje que llevó al candidato del FPV a tener que antagonizar y polarizar y, por ende, simplificar, se pudo perder de vista esta perspectiva y esas distinciones que pueden parecer sutiles.

Quizá esta sea la causa de por qué mucha gente creyó que no habría mucha diferencia en las políticas que implementaría uno u otro candidato. Quiero decir, quizá la “época” exigirá a Macri gobernar contra sus aparentes convicciones (si es que tiene alguna, sea aparente o profunda) en una clave “intervencionista” del Estado pero, ahora, al servicio de las necesidades de los intereses superiores de las oligarquías con su sistema global en crisis.

oti dijo...

Finalizo con el comentario anterior.

Pienso que la crisis de desintegración global va a persistir y a trasmutar en “guerra mundial” y, en consecuencia, va a ser inevitable que se sigan produciendo efectos de cambio en la economía real local quieran o no quieran las distintas clases sociales. Por ej., en los años ’30 los conservadores no querían tener que hacer las juntas reguladoras, el BC (bajo el asesoramiento de Inglaterra), los tipos de cambio, el proteccionismo forzado, etc. Lo tuvieron que hacer en contra de lo que consideraban normal, pero lo que querían era que todo volviese a la normalidad previa al crack del ’29: la de la división internacional del trabajo dominada por Inglaterra, cuando esa clase de intervención no era necesaria.

Pienso que en la actual coyuntura mundial los tiempos se acortan mucho. No va a existir el “changüí” de la década del ’90. Primero, porque no hay pretextos previos (hiperinflación), segundo, porque los capitales especulativos se están moviendo en medio de una crisis financiera global enorme y no puede la economía real depender de ellos. Es imposible que bajo JP Morgan (Prat Gay) en economía se adopte un perfil productivista o “desarrollista”.

Si en Argentina va a aumentar la producción y a hacerse más obras de infraestructura no será porque es lo que quieren los intereses del sistema especulativo que Macri representa, sino porque no van a quedar alternativas para pilotear las consecuencias de la crisis global. Ahora no se puede aumentar la producción para exportar, porque no va a haber mercados de exportación. CFK decía bien en uno de sus últimos discursos: “hay que sustituir exportaciones”. Pero ése no es el negocio de lo que Macri representa.

Si se da un proceso así en Argentina bajo un gobierno conservador y “neoliberal” éste querrá regular y subordinar al servicio de los sectores superiores de la oligarquía la “artificialidad” de tal proceso, porque consideran artificial la sustitución de importaciones, el proteccionismo y todos aquellos efectos que surgirán por las sucesivas vueltas de la crisis global hasta el desenlace final de la misma.

Es irónico lo que suelen ser las vueltas del destino.

El contemporizador, dialoguista y moderado Scioli se vio obligado a polarizar, tensar la cuerda y asumir un discurso que no le era propio. Y el neoliberal derechista “moderno” y promercado Macri se verá obligado a gobernar con una variedad de instrumentos de control e intervención del Estado. Como si Dios no querría que se sientan cómodos y en congruencia con sus propias naturalezas.

Siempre pensé que los verdaderos conductores políticos son los que logran armonizar sus convicciones internas en el mismo sentido de la época que ellos contribuyeron a transformar.

Félix Lunático dijo...

Muy interesante su texto, como los mensajes de oti, al que me permito corregirlo, el Scioli duro del final de campaña está más de acuerdo con el gobernador, el dialoguista es puro grupo.

Vaya a las oficinas de los ministerios de La Plata, no hay gobernador más odiado. Pregúntele a los docentes, Scioli fue un enemigo. Agravó conflictos gremiales hasta que le torcieron el brazo. Paralizó por casi tres meses ARBA (nada más esencial para la recaudación), Registro de la Propiedad y Obras Públicas por capricho. Por supuesto igual lo voté para frenar la ola amarilla.

Ahora agarrate catalina, sólo espero que el contexto analizado por oti le ate las manos a mugricio. Pero no me olvido que el FPV puso al peor candidato posible para presidente.

Que le vamos a hacer, después de tanto putearlos voy a extrañar a los peronistas. Un abrazo desde la preocupación.

Daniel dijo...

Feliz Año, Rafa.
Abrazo.

Rafa dijo...

Oti:
Te respondo siendo ya 26/1/16, nuevamente con disculpas por la demora. Creo que hasta ahora las políticas de Macri responden a un manual neoliberal de escuela primaria, sin ninguna estrategia de largo plazo que no sea la sujeción a las reglas mundiales del "libre comercio" y de las finanzas globales o el sometimiento a los intereses geopolíticos del Norte. La enorme transferencia de recursos a los agroexportadores y en general a los sectores concentrados de la economía o las medidas destinadas a la baja de salarios, incluyendo el plan de despido de empleados públicos o el creciente desempleo en el sector privado, son sólo el punto de partida de lo que vendrá. Si en algún momento la realidad o las necesidades políticas lo obligan a Macri a retroceder en algún aspecto, es algo que está por verse. Lo seguro por ahora es que estos tipos se proponen demonizar y desterrar para siempre todo intento de llevar a cabo políticas a favor del mercado interno o de redistribución del ingreso. Ese es en la práctica (más allá de la prepotencia con que se manejan p.ej. en el tema comunicacional) el significado real de la consigna "terminar con el kirchnerismo".

Otra certeza que tengo es que las proyectadas inversiones del "mayor plan de infraestructura de la historia" que Macri proclama servirán (si se realizan) ante todo para aumentar las ganancias de tipos como su amigo del alma Nicky Caputo, su primo Angelo Calcaterra y algunos privilegiados más, tanto de aquí como de afuera. Decir que este gobierno puede tener un perfil "desarrollista" me parecería un chiste de mal gusto.

Gracias por tus valiosos comentarios, siempre bienvenidos. Un abrazo.

Rafa dijo...

Félix Lunático:
Interesante lo que cuenta sobre Scioli, del que rescato su entereza para ponerse la campaña al hombro en las últimas semanas, cuando aún dentro del FPV se decía que iba a perder por escándalo. Hace mucho que no voy por La Plata, pero intuyo que tal como viene la cosa con Heidi Vidal, muchos de los que lo puteaban a DOS ahora lo deben estar extrañando.

Gracias por seguir siendo un comentarista fiel, pese a los años y a la baja actividad del blog! Le retribuyo el abrazo.